La doble crisis que sacude a Bolivia
- Juan Paullier
- 8 nov 2024
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Hoy cumple cuatro años de mandato el presidente Luis Arce y dará un informe de su gestión. Justo en el peor momento de su gobierno.
Es el presidente más impopular de la historia democrática boliviana, que no es una historia muy rica en ese sentido, que ha tenido muchos vaivenes; se lo considera el país con más golpes de Estado.
Una crisis que tiene dos grandes explicaciones: lo político y lo económico, dos aspectos que corren en paralelo y que, muchas veces, como en estos días, se cruzan.
Recién el miércoles se anunció una tregua de 72 horas después de 24 días de cortes de ruta de seguidores del ex presidente Evo Morales, mentor y ex amigo de Arce, quien fue su ministro de Economía.
Hoy día peleados a muerte por la disputa del principal partido del país, el MAS, el Movimiento al Socialismo.
En Bolivia hay un partido político que tiene de rehén a un país, que no le encuentra una salida a la inestabilidad política y a la fragilidad económica.
Esos cortes de ruta que se originaron para intentar evitar que Morales respondiera a la Justicia que lo investiga por un caso de un presunto abuso a una menor de 15 años cuando era presidente en 2016. No fue casualidad, obviamente, que se reflotara ahora.
En estas semanas:
hubo un congreso del MAS que ratificó el liderazgo de Morales y lo proclamó candidato a las elecciones del año que viene. No fue validado por el tribunal electoral, porque los representantes, en algunos casos, no tenían legitimidad.
Morales se declaró en huelga de hambre y alentó la toma de carreteras.
Luego llamó a sus partidarios a suspender los cortes de carreteras para "evitar el derramamiento de sangre".
El gobierno denunció que más de 200 soldados fueron tomados como rehenes por simpatizantes del expresidente.
Un poco de contexto
Recordemos que Arce sufrió un intento de golpe de Estado que duró unas horas a fines de junio. También lo acusaron de que fue un autgolpe para intentar impulsar su popularidad.
Morales, fue el primer presidente indígena y el que más años gobernó, lo hizo de 2006 a 2019, cuando se vio obligado a renunciar en medio de denuncias de fraude electoral.
Aunque el Tribunal Constitucional le prohibió volver a postularse, quiere hacerlo pese a que la Constitución solo prevé la reelección inmediata o consecutiva por una sola vez.
En medio de esta crisis política, están los enormes problemas económicos, porque pese a que Bolivia es un país rico en recursos naturales, en hidrocarburos en particular, importa casi que todo lo demás.
Como si fuera poco, un mal manejo del sector del gas, y de la economía, en general, ha generado que hoy el país, por ejemplo:
Tenga que importar el 90% del diésel y el 60% de la nafta.
Tiene un tipo de cambio fijo desde hace más de 10 años, lo que ha derivado en el surgimiento de tipos de cambio paralelos.
Con lo cual, se desalientan las importaciones y se fomenta el contrabando, porque mucha gente compra combustible subsidiado en un 50% por el Estado y lo vende en frontera. Ha habido escasez y desabastecimiento de combustible. El gobierno le echó parte de la culpa a la gente por querer andar "con el tanque lleno".
Hay pocos dólares y entonces existen restricciones, para los importadores, pero también para los ahorristas, que no pueden sacar dólares. Los gastos con tarjetas en dólares se han restringido.
No se avizora la salida a la crisis política ni a la económica.
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