Israel y Hezbolá, cada vez más cerca de la guerra

En los últimos días, Israel y Hezbolá no han dejado de lanzarse ataques.

La escalada de tensión ha sido constante desde que entre martes y miércoles Israel hiciera explotar miles de beepers y walkie-talkies en Líbano. 

El jueves empezó con los bombardeos centrados en Beirut y en el sur de Líbano, la zona fronteriza con Israel, y la que controla Hezbolá, la milicia/grupo terrorista. 

El viernes dio un golpe clave cuando eliminó a la cúpula de un grupo de élite de la milicia, entre ellos el responsable de atentados contra militares estadounidenses en los 80 que dejaron cientos de muertos. 

A Ibrahim Aqil lo buscaba Israel y también Estados Unidos, que puso una recompensa de 7 millones de dólares (5,2 millones de libras esterlinas) por su cabeza.

A diario, Hezbolá lanza cientos de cohetes, y cada vez con mayor recorrido. Por el momento hay un herido en Israel. 

Hace un rato, el Ministerio de Salud del Líbano dijo que ya hay un centenar de muertos por los ataques aéreos israelíes en el sur.

Es lo más parecido a una guerra sin que se considere, por ahora, una guerra abierta, pero supongo que a la larga se terminará considerando que la guerra empezó el martes. 

El Departamento de Estado de Estados Unidos elevó el nivel de alerta a categoría cuatro, de “no viajar”, e instó a sus ciudadanos en el país a irse mientras haya vuelos comerciales.

El gobierno de Joe Biden advirtió a Israel que había “mejores formas” de garantizar que los israelíes pudieran regresar a sus hogares evacuados en el norte - se calcula que son 60.000 del lado israelí y el doble del lado libanés 

La postura pública de EEUU es: “No creemos que un conflicto militar, y se lo decimos directamente a nuestros homólogos israelíes… no creemos que la escalada de este conflicto militar sea lo mejor para ellos”.

Esta mañana más de 80.000 libaneses empezaron a recibir llamadas del ejército israelí a sus teléfonos de línea instándolos a dejar sus casas. 

Pasó hasta en el Ministerio de Información. El ministro dijo que era parte de la guerra psicológica. 

Las Fuerzas de Seguridad de Israel dicen oficialmente que “cualquiera que tenga un arma en su casa o se encuentre cerca de lugares o casas donde Hezbolá haya escondido sus armas, debe abandonar el lugar inmediatamente”.

Hay un problema: las Fuerzas de Defensa de Israel no pueden esperar que la gente sepa dónde se esconde Hezbolá.

Se desató un éxodo masivo con carreteras congestionadas mientras la gente intenta huir a Beirut. 

Ese avance aéreo continuará, dijo el portavoz, pero también habló de destruir la infraestructura de Hezbolá en la zona fronteriza y hacerlos retroceder. No es que los militares puedan hacerlo fácilmente desde un avión. Esto podría ir en la dirección de una ofensiva terrestre.

Por lo pronto, el gobierno libanés ordenó a los hospitales que cancelen las cirugías no urgentes.

Hay diferentes objetivos para Israel:

• Agotar a Hezbolá en preparación de una eventual ofensiva por tierra.

• Algunos en el gobierno presionan para que se realice una incursión que cree una “zona colchón” (buffer zone).

• Otros tienen dudas sobre la conveniencia de extender el conflicto.

Está claro que Israel puede alargar la situación con más facilidad y Hezbolá le va a costar más mantener el ritmo.

No es menor el tono que han adoptado algunos ministros del gobierno de Netanyahu en las últimas horas. Unos diciendo que no había “diferencia entre Hezbolá y Líbano y que Líbano iba a ser aniquilado y dejará de existir”. Otro asegurando que “aunque tiene una bandera e instituciones políticas, Líbano no cumple con la definición de país”. Bajo la premisa de que no tiene soberanía porque no tiene el monopolio en el ejercicio del poder. Una pregunta en los últimos días, y a todo esto…¿dónde está el ejército libanés?

El dos de Hezbolá advirtió el domingo sobre una “ajuste de cuentas”. No se van a quedar de brazos cruzados, habrá que ver hasta dónde quiere llegar cada uno.