El dilema de la legalidad del ataque contra Hezbolá
- Juan Paullier
- 19 sept 2024
- 3 Min. de lectura
Un nuevo día de confusión en Líbano. Un nuevo golpe a Hezbolá. Una nueva humillación. ¿Y ahora qué? Es la gran pregunta. ¿Qué se viene? ¿Cuál será la próxima movida de Israel? ¿Cuál será la de Hezbolá?
Las explosiones de walkie-talkies del miércoles dejaron 25 muertos y al menos 600 heridos; las explosiones de beepers del martes mataron a 12 personas e hirieron a más de 2.000.
Hezbolá prometió represalias. Es lo único que pueden decir. No van a salir a decir que van a bajar la tensión. Mientras que en Israel, que no se ha referido directamente al tema, por su política de no reconocer este tipo de ataques, sí se habló de que estaba empezando una “nueva fase” de la guerra. Lo dijo el ministro de Defensa. El primer ministro Benjamin Netanyahu se limitó a decir en un mensaje grabado: "Ya he dicho que devolveremos a los residentes del norte (de Israel) a salvo a sus hogares, y eso es exactamente lo que haremos".
El miércoles mientras se empezaban a hacer los funerales de algunos de los fallecidos el martes empezaron a explotar walkie talkies de integrantes de Hezbolá. También fue un día en donde la atención se centró en los hospitales por los miles de heridos, muchos de ellos que perdieron dedos de la mano, la mano entera o la vista. La BBC entrevistó a un médico que dijo: “Tuve que sacar más ojos en una noche que en toda mi carrera”.
Legalidad
La discusión se trasladó también a algo que comenté ayer que es la cuestión de la legalidad del ataque. De hecho, el alto responsable de los derechos humanos de la ONU, Volker Türk, dijo que se violó el derecho internacional.
La primera regla de la guerra es que hay distinguir entre objetivos militares y civiles. Una pregunta central es en qué momento las personas se convierten en objetivos legítimos o en daños colaterales?
El Derecho Internacional Humanitario busca que esa ventana por donde se pueden colar daños colaterales se reduzca.
El Art. 51(2), Protocolo Adicional I a los Convenios de Ginebra, dice:
“Se prohíben los actos o amenazas de violencia cuyo propósito principal sea sembrar el terror entre la población civil”.
Está claro que los ataques de esta semana generaron terror entre los civiles. No está tan claro que el objetivo principal haya sido eso porque Israel puede argumentar que estaba atacando a integrantes de una organización considerada terrorista por varios países.
Votación en ONU
Mientras tanto, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó por mayoría a favor de adoptar una resolución que exija a Israel poner fin a su ocupación “ilegal” de los territorios palestinos en el plazo de un año.
Fue histórica al haber sido presentada por primera vez por el Estado de Palestina, que pese a no tener estatuto de Estado pleno ha ganado algunas competencias recientemente.
Tuvo 124 votos a favor. Estados Unidos e Israel estuvieron entre los 14 miembros que votaron en contra. Hubo 43 abstenciones, entre ellas la de Uruguay que tuvo la misma postura que países como Alemania, Canadá y Reino Unido.
Una resolución que es un chiste. No hace una sola mención a Hamás, a los ataques del 7 de octubre, al terrorismo de grupos palestinos y solo hace dos menciones a la violencia…para referirse a los colonos israelíes.
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