top of page

Murió Fujimori, el hombre que partió Perú

  • Juan Paullier
  • 12 sept 2024
  • 2 Min. de lectura

A los 86 años murió Alberto Fujimori. Un hombre que marcó la historia de Perú y que seguirá dejando huella más allá de su muerte porque el país sigue, a grandes rasgos, dividido entre fujimoristas y antifujimoristas. 


A ese grado logró dejar marcada, bien acentuada, la polarización del país. 


Hay varios aspectos de la vida política de Fujimori que al repasarlos genera una sensación de déjà vu. Hay varios mojones en su carrera que están guardados en la memoria colectiva de América Latina. 


Esa inesperada primera victoria electoral suya en 1990, un outsider de la política que había dado clases en la universidad y estado al frente de un programa de televisión. Esa victoria frente a Mario Vargas Llosa, a la postre Nobel de Literatura. Y luego:

  • El control de la hiperinflación y la recuperación económica.

  • El autogolpe, el cierre del Congreso y su gobierno por decreto. 

  • La imposición del Estado sobre las insurgencias terroristas de izquierda, como Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.

  • La toma de casi medio millar de rehenes y posterior asalto a la residencia del embajador de Japón en Lima.


Imágenes que para los que tenemos algunos años están guardadas en algún lugar de la memoria.


Y después la caída en el año 2000 tras el escándalo del caso Montesinos. 2000. Después de que un canal divulgó un video en el que se veía a su jefe de inteligencia intentando sobornar a un legislador, Fujimori huyó a Japón y renunció a la Presidencia por fax desde un hotel en Tokio. 


Llegó a coquetear con la posibilidad de meterse en política en Japón. Y al final, después de cinco años de exilo, llegó a Chile para ensayar una reaparición y terminó extraditado a Perú.


Años después llegaron las condenas. 25 años de cárcel por los excesos militares durante su gobierno. Fujimori terminó condenado por asesinato, secuestro agravado y lesiones, así como por crímenes contra la humanidad.


También admitió haberle pagado 15 millones de dólares a Montesinos para evitar un golpe de Estado, y haber autorizado otros sobornos y escuchas telefónicas ilegales. 


Terminó viviendo 16 años preso pero eso no hizo mermar el apoyo de los fujimoristas. Varias veces pidió indultos presidenciales, en algún momento se lo concedieron y hubo protestas callejeras, y la Justicia lo terminó anulando. 


Hasta que, finalmente, en diciembre el Tribunal Constitucional, desafiando una disposición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dictaminó su liberación. 


El gobierno declaró tres días de duelo y Fujimori recibirá honores de Estado. “Dios lo tenga en la gloria”, aseguró la presidenta Dina Boluarte.


Para sus seguidores, salvó a Perú de la debacle económica y del terrorismo. Para sus detractores, fue un líder autoritario y corrupto. 


Tan vivo sigue el fujimorismo que hoy tiene la bancada más numerosa en el Congreso. Tan viva sigue viva la polarización entre fujimoristas y antifujimoristas que ha sido el fiel que ha inclinado la balanza a favor de estos últimos para definir los ganadores de las últimas tres elecciones en un país marcado por la fragilidad de los partidos y una mayúscula inestabilidad política.


 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
Ganado piramidal

Con ese eslogan premonitorio de “multiplicá tus ahorros sin embarrarte”, Conexión Ganadera enterró el negocio más terrenal en un campo de...

 
 
 
Jinetes del absurdo

No hay nada que, a simple vista, una a Juan Castillo, Elon Musk y Donald Trump. En un país serio, Castillo ni siquiera estaría en...

 
 
 

Comments


bottom of page