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Máxima tensión entre Israel e Irán...y el resto en alerta

  • Juan Paullier
  • 2 oct 2024
  • 5 Min. de lectura

En estos días en que la región está inmersa en una guerra, o al borde de una, no está de más recordar que Israel no ha perdido ninguna guerra, pero tampoco ha ganado la paz.


Así que en este nuevo año judío, a días de que se cumpla el aniversario del atentado del 7 de octubre, ojalá se acerquen a la paz.


Está complicado. No está tan cercana. Es posible que estemos frente al momento más delicado en Medio Oriente en mucho tiempo.


Irán bombardeó ayer Israel. Fue el mayor ataque iraní contra Israel. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que Irán va a “pagar” por esto.


Irán lanzó 182 misiles balísticos. La inmensa mayoría fueron interceptados. Pero murió un palestino en Cisjordania, y también cayeron sobre una escuela en el centro de Israel y un restorán en Tel Aviv.


Irán dijo que el 90% de los misiles habían alcanzado sus objetivos, la mayoría de los cuales eran instalaciones militares en Tel Aviv o sus alrededores. Se cree que unos de los misiles cayó en torno a la sede del Mossad, el servicio de inteligencia exterior de Israel.


Irán se consideró satisfecho con la respuesta, dio a entender que no era necesario atacar más, y aclaró que fue en respuesta a los “actos agresivos” israelíes.


Recordemos que en los últimos meses Israel mató a:

  • Dos generales de la Guardia Revolucionaria iraní en Siria.

  • Un alto comandante de Hamás en Líbano.

  • Al jefe político de Hamás que estaba en Teherán para la asunción del nuevo presidente

  • El viernes al jefe de Hezbolá.

  • Y ayer empezó con una incursión por tierra a territorio libanés. El ejército israelí y Hezbolá informan de combates terrestres en el sur. Hace minutos se confirmó la muerte del primer soldado israelí.


Irán fue acumulando motivos, es posible que Israel le haya tendido una especie de trampa, para mandar una señal cargada de misiles que finalmente llegó ayer con esos 180 misiles balísticos.


Irán ya había atacado Israel en abril, pero hay algunas diferencias con respecto al de ayer que evidencian que se trata de una escalada.


Primero, el tipo de armamento. Antes se usaron drones y misiles más lentos. Estos misiles viajan más rápido, para empezar. De Teherán a Tel Aviv, recorren los 1.500 kilómetros en 12 minutos.


En segundo lugar, en abril Irán había avisado con 72 horas de anticipación que iba a atacar. Se prepararon todos. Hasta Jordania interceptó misiles. Ahora Irán no avisó, fue Estados Unidos el que alertó que se venían los misiles.


Y tercero, en abril el armamento fue principalmente hacia una base militar en el desierto. Ahora, zonas pobladas.


Fue crucial la ayuda de Estados Unidos, que tiene 40.000 soldados en la región, porque dos destructores de la Armada estadounidense dispararon decenas de misiles interceptores.


De alguna manera, el ataque iraní le da más margen de acción a Netanyahu porque es mucho más difícil, por no decir imposible, que Estados Unidos lo intente frenar en algo. Un Netanyahu cuyo objetivo de fondo, desde hace tiempo, es lograr que Estados Unidos se involucre en una guerra contra Irán para destruir su programa nuclear.


Un problema de esta escalada es que puede terminar de convencer al sector más radicalizado del régimen iraní a que solo un arma nuclear que tenga efecto disuasorio sobre Israel puede ser lo que los ayude a mantenerse en el poder.


Esto llega con un Estados Unidos a poco más de un mes de las elecciones, con un Biden que va a estar en el poder hasta el 20 de enero, pero que es un presidente debilitado.


Esta escalada en Medio Oriente puede impactar en la campaña. Anoche en el debate de candidatos a vicepresidentes, la primera pregunta que les hicieron fue si ¿apoyarían o se opondría a un ataque preventivo de Israel contra Irán?


Todo esto que le viene de maravilla a Netanyahu. El lunes se cumple el primer aniversario del mayor fallo de seguridad y de la inteligencia israelí de su historia. Y al primer ministro le hace bien mostrarse como el líder fuerte que persigue a sus enemigos.


Los objetivos militares más obvios para Israel son las bases terrestres desde las que se lanzaron los misiles. Israel podría atacar refinerías de petróleo iraníes. Un escenario más extremo sería que ataque las instalaciones nucleares, en particular los sitios de enriquecimiento de Natanz, el corazón del programa iraní.


Es en Natanz, al norte de Isfahán, donde Irán ha producido su uranio casi apto para bombas, que Estados Unidos cree podría convertirse en apto para bombas en días o semanas.


El ex primer ministro Naftali Bennett argumentó a favor del ataque contra las instalaciones nucleares: “Esta es la mayor oportunidad en 50 años para cambiar la cara de Medio ORiente”.


El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne de emergencia hoy para discutir los ataques de Irán a Israel y la amenaza de una guerra cada vez mayor en Medio Oriente.


El canciller israelí, Israel Katz, declaró persona non grata al secretario general de la ONU, António Guterres, y prohibió su entrada en el país: “Quien no puede condenar de forma inequívoca el atroz ataque de Irán contra Israel no merece poner un pie en suelo israelí. Este secretario general ha dado apoyo a terroristas, violadores y asesinos, desde Hamás a Hizbulá, los hutíes, y ahora Irán”.


Al gobierno israelí ya no le había gustado que Guterres dijera pos 7/10: “Es importante reconocer también que los ataques de Hamás no ocurrieron en el vacío. El pueblo palestino ha estado sometido a 56 años de ocupación asfixiante”.


Irán, como sabemos, es una república islámica, es una teocracia. El principal líder, por encima del presidente ni que hablar, es el ayatolá, el líder supremo de la revolución islámica. Desde 1989 ese cargo lo ocupa Alí Jamenei. Y Jamenei es de los que en público no habla mucho, cuando lo hace es porque algo pesado está pasando. Tiene previsto dirigir el rezo tradicional de los musulmanes los viernes y se espera que en ese sermón haya una indicación en el contenido o al menos el tono.


Es inusual que lo haga. La última vez que lo hizo fue hace más de 4 años y medio. En 2020. Después de que Estados Unidos asesinara a un alto general iraní. La hija de ese general está casada con un primo de Hassan Nasrallah, el líder de Hezbolá asesinado. Ese primo es uno de los potenciales sucesores al frente del grupo terrorista libanés. Anécdota al margen por supuesto, pero que demuestra de una manera diferente las alianzas en el llamado eje de la resistencia


El objetivo del régimen iraní es asegurarse su supervivencia. Es una excepción en la región porque es un régimen chiita, cuando la mayoría de los musulmanes son sunitas. Es profundamente antioccidental. Estados Unidos es el Gran Satán e Israel el Pequeño Satán.


El odio existe desde la Revolución del 79, antes el vínculo era cordial. Irán era un amigo de Occidente. Pero siempre hubo desconfianza hacia las potencias extranjeras, empezando por los británicos, que llegaron interesados por el petróleo y después los estadounidenses.


El Irán posrevolución quería proyectarse como una potencia islámica y levantó la bandera de la causa palestina frente a Israel.

 
 
 

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